Monasterio Franciscano de Dubrovnik - Conoce las atracciones turísticas y monumentos que no te puedes perder en Dubrovnik

El Monasterio de los Franciscanos se encuentra en Stradun 30, muy cerca de la Puerta de Pile, dentro de las murallas de la ciudad.

Historia

La Orden Franciscana está en Dubrovnik desde 1235. Los monjes vivían originalmente en el viejo Convento de Santo Tomás, hoy desaparecido, en el barrio Pile. Los documentos señalan que ya en el siglo XIV los franciscanos estaban asentados en su ubicación actual.

En el siglo XVII se la añadió una biblioteca al monasterio en la que se conservan manuscritos valiosos, pinturas de artistas desconocidos, piezas de coral, una amplia colección de joyas votivas y una reliquia muy curiosa: la cabeza de Santa Úrsula.

Luego del devastador terremoto de 1667 el monasterio se reconstruyó con nuevos elementos barrocos.

El interior

El interior del edificio cuenta con dos grandes claustros: uno superior, de estilo renacentista, con bóvedas de crucería y arcos de medio punto, y uno inferior, diseñado por el arquitecto croata Mihoje Brajkov, de corte románico-gótico, con columnas ornamentales y capiteles de diversas formas: animales, geométricas, humanas y vegetales.

Unos frescos de 1860 retratan escenas de la vida de San Francisco y uno de los claustros tiene una fuente adornada con una estatua del santo.

La botica franciscana

La botica franciscana es la verdadera joya de este monasterio. Se trata de la tercera farmacia más antigua de Europa que aún hoy sigue funcionando.

En sus orígenes atendía únicamente a los monjes. Sin embargo, con el correr del tiempo fue convirtiéndose en la farmacia a la que acudían todos los habitanes de la ciudad en busca de remedios y curas. Los mismos monjes eran quienes preparaban los brebajes para curar todo tipo de dolencias.

La botica cuenta con una biblioteca donde se preservan viejos libros con recetas naturales y curiosas fórmulas como el elíxir de la eterna juventud.

Los muebles de esta botica son del siglo XVI y están en perfectamente conservados.

Entre los elementos que podemos encontrar hay hermosos frascos originarios de Siena y Florencia donde se almacenaban las preparaciones medicinales, algunos morteros, balanzas de precisión y aparatos para destilar agua.