Royal Mile en Edimburgo - Conociendo🌎

Royal Mile (Milla Real) es la calle más famosa de Edimburgo. Un dato curioso sobre esta calle: su longitud, 1814,2 metros, da origen a una medida prácticamente desconocida: la milla escocesa.

A lo largo de la calle se encuentran decenas de callejones (conocidos como closes) y patios (courts). Recomendamos acceder a algunos de ellos para empaparse del encanto medieval de la ciudad.

Royal Mile se divide en 6 zonas ligeramente diferenciadas:

Castlehill y Castle Esplanade

Estas dos zonas de Royal Mile son las más próximas al castillo y las más antiguas de la ciudad, ya que aquí se originó Edimburgo.

Castle Esplanade se encuentra junto a la puerta de entrada al castillo. Este espacio abierto fue usado en el pasado para la quema de brujas y hoy acoge el Tattoo Festival.

Lawnmarket

Así se denominan los poco más de 100 metros que separan The Hub (una iglesia reconvertida en sede del Festival de Edimburgo) de Bank Street, llamada así por conectar al Banco de Escocia.

La cercanía al castillo hace que esta parte de Royal Mile sea la más saturada de tiendas de regalos. En el número 477b está Gladstone's Land, una casa del siglo XVI que fue rehabilitada para las visitas.

Hasta el siglo XVII en esta calle funcionaba un mercado de lino.

High Street

Es la parte más famosa de Royal Mile. Aquí se encuentra la Catedral de St. Giles, la Iglesia Tron, algunas tiendas y una amplia variedad de restaurantes y pubs que, a pesar de estar algo dedicados al turismo, también son frecuentados por los locales.

Canongate

Si bien hoy es casi imperceptible, hasta 1856 Canongate fue un burgo independiente. A lo largo de Jeffrey Street se encontraba la muralla que dividía los burgos Edimburgo y Canongate.

En el cruce de Royal Mile con Jeffrey Street se pueden ver algunos adoquines metálicos que marcan el sitio donde se encontraba la puerta de la ciudad. En una de las esquinas está el pub The World's End, que recibe ese nombre porque para mucha gente de la ciudad este punto significaba el fin del mundo, quien salía por esa puerta probablemente nunca volvería a entrar.

Al caer la noche, el tramo de Canongate queda bastante desierto, por lo que recomendamos recorrerlo durante el día.