La historia de Bucarest ha alternado períodos de desarrollo y decadencia desde los primeros asentamientos de la Antigüedad hasta su consolidación como capital en los últimos tiempos del siglo XIX en Rumania.
Mencionada por primera vez como la Ciudadela de Bucarest, en 1459, se convirtió en residencia del príncipe de Valaquia Vlad Tepes.
La antigua Corte del Príncipe (Curtea Veche) fue construida por Mircea Ciobanul, y bajo los gobernantes posteriores, Bucarest fue establecida como residencia de verano de la corte, compitiendo con Târgovişte como capital del estado después de un aumento de la importancia del sur de Muntenia provocada por las demandas del poder soberano. Bucarest se convirtió en sede permanente de la corte de Valaquia en 1698 (empezando con el reinado de Constantin Brâncoveanu).
Parcialmente destruida por desastres naturales y reconstruida varias veces durante los siguientes 200 años, y golpeado por la plaga de Caragea, una peste bubónica, en 1813-1814, la ciudad fue arrebatada del control otomano y ocupado en varios intervalos por parte de la monarquía de los Habsburgo (1716, 1737, 1789) y el Imperio ruso (tres veces entre 1768 y 1806).
Los otomanos nombraron administradores de la ciudad a los griegos al comienzo del siglo XVIII. Una revuelta liderada por Tudor Vladimirescu en 1821 puso fin a la dominación de los griegos de Constantinopla en la ciudad.
Estuvo bajo administración rusa entre 1828 y la guerra de Crimea, con un interludio durante la Revolución de Valaquia de 1848 en Bucarest, y una guarnición austriaca tomó posesión después de la salida de Rusia (que se quedó en la ciudad hasta marzo de 1857). Además, el 23 de marzo de 1847, un incendio consumió cerca de 2.000 edificios, destruyendo un tercio de la ciudad.
En 1862 Valaquia y Moldavia se unieron para formar el Principado de Rumania y Bucarest se convirtió en capital de la nueva nación en 1881, y centro político del reino recién proclamado de Rumania bajo el reinado de Carlos I.
Durante la segunda mitad del siglo XIX la población de la ciudad aumentó de manera espectacular, y comenzó un nuevo período de desarrollo urbano. En este período se introdujo el alumbrado de gas, los tranvías y la electrificación.
El Dâmboviţa se canalizó en 1883, poniendo así fin a las inundaciones ya endémicas.
La arquitectura extravagante y la alta cultura cosmopolita de este período ganó para Bucarest el apodo de "Pequeña París" (Micul Paris), con Calea Victoriei como sus Campos Elíseos.
Entre el 6 de diciembre de 1916 y noviembre de 1918, la ciudad fue ocupada por las fuerzas alemanas a raíz de la batalla de Bucarest y la capital legítima se trasladó temporalmente a Iaşi.
Después de la Primera Guerra Mundial, Bucarest se convirtió en la capital de la Gran Rumania.
Los años de entreguerras vieron un continuo desarrollo y la ciudad ganó un promedio de 30.000 residentes nuevos cada año. Además, algunos de los monumentos principales de la ciudad fueron construidos en este período, incluyendo el Arcul de Triumf y el Palatul Telefoanelor. Sin embargo, la Gran Depresión hizo mella en los ciudadanos de Bucarest, que culminó en la huelga de Grivița de 1933.
En enero de 1941, la ciudad fue el escenario de la rebelión de los legionarios y el pogromo de Bucarest.
Como capital de un país del Eje y un importante punto de tránsito para las tropas del Eje en el camino hacia el frente del este, Bucarest sufrió graves daños durante la Segunda Guerra Mundial debido a los bombardeos aliados.
El 23 de agosto de 1944, fue el lugar del golpe de Estado real que llevó a Rumania a campo aliado, el sufrimiento de un corto período de bombardeos de la Luftwaffe, así como un intento fallido por las tropas alemanas de tomar la ciudad por la fuerza.
Luego del establecimiento del comunismo en Rumania, la ciudad siguió creciendo. Las autoridades construyeron nuevos distritos, la mayoría de ellos dominados por grandes bloques de viviendas.
Durante el liderazgo de Nicolae Ceauşescu (1965-1989), gran parte del casco histórico de la ciudad fue demolido y reemplazado por el desarrollo socialista realista, como el Centrul Civic (Centro Cívico), incluyendo el Palacio del Parlamento. Un barrio histórico completo fue arrasado para dar paso a las construcciones megalómanas de Ceauşescu.
El 4 de marzo de 1977 tuvo lugar un terremoto en Vrancea, a unos 135 km de distancia, y fallecieron 1500 personas, además de haber causado múltiples daños al centro histórico.
La revolución rumana de 1989 se inició con masivas protestas en contra de Ceauşescu en Timişoara en diciembre de 1989 y continuó en Bucarest, llevando a la caída del régimen comunista. Insatisfecho con el liderazgo post-revolucionario del Frente de Salvación Nacional, las protestas de las ligas estudiantiles y grupos de la oposición organizada a gran escala continuaron en 1990 (el Golaniad), que fueron detenidos violentamente por los mineros de Valea Jiului (el Mineriad). Varios Mineriads siguieron, cuyos resultados incluyeron un cambio de gobierno.
Después de 2000 la ciudad fue modernizada y está experimentando una renovación urbana. Las autoridades municipales desarrollaron complejos residenciales y comerciales, sobre todo en los distritos del norte, mientras que el centro histórico de Bucarest está en proceso de restauración.
El 1 de enero de 2007 Rumania ingresó a la Unión Europea y el 31 de marzo de 2024 ingresó al Espacio Schengen.
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Bucarest es la capital de Rumania y es posible llegar en avión o en tren
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